La Colección De Búfalos Escultura pública llena de historia y elegancia
En el Oeste Americano los búfalos corrían salvajemente, formando parte de manadas de miles de ellos, antes de disminuir enormemente en número debido a la expansión hacia el oeste. Eran una parte integral de la dieta de los nativos y una figura real que salpicaba las llanuras. Para realizar las esculturas públicas de la Colección Búfalo, John López se inspiró en esta historia que está ligada a la tierra en la que creció, la región de Grand River en Dakota del Sur.
“Muchas veces obtengo mis ideas para las esculturas de algo que veo en el rancho.”
Las manadas de búfalos pueden ser más pequeñas hoy en día, sin embargo el animal todavía asombra con su extraordinario tamaño y estoicismo, suficiente para motivar a López a dedicar toda una serie al tema. Al considerar la sombría historia del gran mamífero y los grandes cambios que el tiempo puede infligir en un lugar, uno casi puede interpretar un destello de tristeza al mirar en el ojo de un búfalo. Por supuesto que aportamos nuestras propias interpretaciones, pero lo mismo puede decirse al ver las memorables esculturas públicas de John López, que evoca la historia incluso desde el interior de los propios materiales.
Dentro de la colección de búfalos, Last Stand es quizás el más directamente relacionado con la historia, ya que representa un evento específico, la Batalla del Little Big Horn. En los hombros de cada figura hay bustos de bronce fundido del General Custer y del Caballo Loco. Esta inclusión de esculturas de bronce hechas previamente es la razón por la que el trabajo de López se describe como arte de metal híbrido. Otro gran ejemplo de esto es el Búfalo Francés de tamaño real que pronto será instalado en un zoológico en Francia. El atractivo internacional de la Colección Búfalo es comprensible, todos los que ven las esculturas públicas dicen que son tan únicas como llenas de pura belleza. Describiendo su trabajo en Dakotah, López afirma:
“Una excitante adrenalina artística me llevó a través de días de trabajo que se convirtieron en semanas, meses, y finalmente resultó en una tonelada de cadenas, rizos de chapa, hoz y trozos de ‘pelo’ de cable.’”
Su pasión y la verdadera alegría que siente al expresarse a través de su arte se reflejan en su trabajo. Se preocupa por la historia que hay detrás de los materiales que utiliza. La chatarra no es sólo basura desde su punto de vista, sino que es un símbolo del tiempo, la manera perfecta para él de transmitir el rostro lentamente cambiante de las praderas de Dakota del Sur.
En el arte, uno no puede planear mucho. Incluso los artistas más entrenados técnicamente a menudo se topan con nuevas estrategias o métodos por casualidad. Para John López, permitir un poco de improvisación es clave para dejar que los materiales hablen por sí mismos y encuentren su propia voz.
“No puedo planear demasiado. Tengo que estar abierto a dejar que los materiales vayan a donde quieran. Creo que eso es lo divertido de esculpir; nunca sabes lo que vas a conseguir.”
Por un lado, la Colección Búfalo presenta retratos de tamaño real, anatómicamente correctos y realistas de las nobles criaturas. Sin embargo, la forma en que están hechos es tan única que despiertan la imaginación. ¿De dónde y cuándo vinieron estas piezas de la máquina? ¿Qué edificios y granjas ayudaron a crear? Un valioso legado se conserva a través de la transformación de la chatarra en escultura pública. Una que es accesible para que la disfruten todas las edades y condiciones sociales.
